El drama de los refugiados que hoy intentan cruzar fronteras, con criaturas a cuestas, muchos de ellos sin nada más que lo puesto y otros cargando con lo que pueden hacia un destino incierto, huyendo de la guerra y de la muerte, después de haber perdido casi todo, trae de nuevo a la memoria conflictos recientes y antiguos, dolorosos episodios históricos, entre ellos los que tuvieron por escenario tierras catalanas, en febrero de 1939, en la frontera entre los estados español y francés. Así lo dejaron reflejado en el Museu Memorial de l'Exili (MUME), en La Jonquera (Girona).
Cerca de medio millón de personas se vieron obligadas a escapar del terror por esa sierra, L'Albera, en situaciones límite, durante los últimos días de guerra, en condiciones terribles, parecidas a las que hoy padecen los ciudadanos sirios obligados a huir de sus casas, que esperan la acogida que debería ser normal en naciones civilizadas y buscan desesperadamente refugio en algún país de Europa. «El exilio fue durante esos años el único espacio en el que había libertad para discutir sobre ideas contrapuestas y de poder hacerlo en catalán. Esta gente echó raíces en los países de acogida, recibieron in uencia en el ámbito internacional y la incorporaron a la cultura catalana. En esta muestra se pone en valor esa riqueza», señala Pujol.
Texto adaptado, Marià de Delàs, publico.es, 26/08/2015.