Ana Vigo, Alién Torres, Pedro Veitia, y Frank Camallerys son cuatro Youtubers cubanos, idolatrados por sus seguidores1 en la isla y cabeza de lanza2 de una generación que ha aterrizado con fuerza y talento en la nueva televisión. Un baño de cotidianidad y realismo cubano al margen de la política en un país donde Internet sigue limitado y controlado por el poder central y donde subir o descargar3 un vídeo en las zonas wifis es un verdadero ejercicio de paciencia caribeña. «Yo soy Youtuber porque tengo la necesidad de expresarme, no porque esté de moda», asegura Veitia, estudiante de Ingeniería Industrial. «Hemos estado aislados muchos años, nadie sabía de nosotros. Hasta que descubrimos Internet y Youtube, una plataforma libre donde nos podemos expresar y que los demás sepan cómo vivimos», añade.
«Youtube me desconecta de mis problemas», confirma Torres, artesana por cuenta propia en el negocio que su familia tiene en San José de las Lajas. «Con mis vídeos quiero regalar4 a otros minutos de sonrisas, pero con el tiempo esto no podía ser sólo un hobby porque hay personas que se identifican contigo», confiesa la joven, especialista en tutoriales de tendencias, moda y maquillaje y que no duda en señalar que evita temas religiosos o políticos.
El principal objetivo de Ana Vigo, de sangre gallega, es describir «lo que vivo cotidianamente y lo que esconde este país tras las murallas del bloqueo», matiza colocando unas comillas a la palabra y haciéndolo con mucho swing, esa forma tan cubana de enfrentarse a la vida.
«Youtubers, los ojos libres de Cuba», El Mundo, 2018.
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