No hay mejor manera de empezar a tomar conciencia de lo que históricamente ha implicado la desigualdad de género que tirar el hilo de la historia y ser conscientes de lo mucho que han tenido que luchar las mujeres para llegar a disfrutar de los mismos derechos que los hombres. Quizá te sorprenda descubrir los obstáculos con los que se encontraron en un país como el nuestro, en el que hasta 1931 las mujeres no tuvieron reconocido el derecho al voto, o sea, el sufragio. [...]
En los últimos años, el mundo de Internet y las redes sociales se han convertido en un magnífico espacio para que las mujeres de todo el planeta intercambien sus experiencias, se unan en iniciativas, le sigan plantando cara1 al machismo. Estoy convencido de que uno de los factores que más ha ayudado a que el feminismo sea ahora un movimiento tan masivo, y que además tenga tantas adhesiones entre las más jóvenes, se debe a las oportunidades que ofrecen estos nuevos espacios. Incluso hay toda una corriente2 de chicas más jóvenes que están en eso que han dado en llamar ciberfeminismo. También vosotros, los chicos, deberíais aprovechar esos espacios para hacer visible nuestro compromiso por la igualdad. Algo que es urgente, entre otras cosas para que entre todos podamos contrarrestar tanto mensaje machista y tanto troll empeñado cada día en censurar, y hasta amenazar, a las feministas. Porque, de momento, lo que parece dominar en ciertas redes sociales es ese discurso reaccionario y tan peligroso de hombres que se resisten a perder su poder. [...]
Y, afortunadamente3, cada vez es más frecuente encontrar a hombres en las concentraciones contra la violencia de género, en manifestaciones como las del 8 de marzo o en actividades que siempre pensamos que no eran para nosotros.
Todo esto nos presenta un futuro cada vez más optimista, porque es evidente que sin nuestra implicación los cambios no serán posibles, o bien tardarán4 mucho más tiempo del deseable. Para llegar a ese futuro es necesario que todas y todos, y muy especialmente los más jóvenes, los niños y las niñas, empiecen a ver a través del cine, de la televisión, de las redes, otras maneras de ser hombre. Como el periodista de la Cadena Ser, Carles Francino, al que alguna vez he oído llorar por la radio y que incluso escribió un artículo titulado « Llorar no es de cobardes5 ».
Octavio Salazar
#Wetoo, Brújula para jóvenes feministas, 2019.