El alba rompe la noche y va entrando la mañana.
Sale el sol por el oriente. ¡Oh Dios, qué hermoso apuntaba!
Es la hora que en Castejón todos allí se levantan.
Abren entonces las puertas, y se salen de sus casas
por ir a ver sus labores y las tierras que cuidaban.
Fuera se salieron todos, y las puertas quedan francas1
.
Poca es la gente que hay dentro en Castejón ocupada,
y las más, por todas partes, están fuera derramadas2.
En esto el Campeador se salió de la celada.
Los campos de Castejón el Cid los corre sin falla.
A los moros y a las moras los tomaba de ganancia,
y con ellos sus ganados3
y cuanto en torno encontraba.
Don Rodrigo, nuestro Cid, hacia la puerta cabalga.
Los que la entrada vigilan, cuando ven que los asaltan,
tuvieron miedo y dejaron la puerta desamparada4.
Nuestro Cid Rodrigo Díaz por las puertas él se entraba;
en su mano victoriosa desnuda trae la espada. [...]
Así ganó Castejón y ganó el oro y la plata.
1. abiertas
2. éparpillées
3. leur bétail
4. desamparado = sin protección