La celebración del Día Internacional de la Lengua
Materna, establecido por la Unesco en 1999, marca un
derecho fundamental, pero también nos alerta sobre
las lenguas que están desapareciendo. La plataforma
más conocida de estadísticas lingüísticas, Ethnologue
(2020), indica la existencia de 7.117 lenguas en uso en
el mundo, seis más que en su edición anterior, pero no
deja de subrayar que alrededor del 40% de ellas están
en peligro de extinción, mientras que 23 representan
más de la mitad de la población humana.
El 21 de febrero de 2018 Audrey Azoulay, directora
general de la Unesco, advirtió: «Una lengua es mucho
más que un medio de comunicación: es la condición
misma de la humanidad. Es la base de nuestros valores,
nuestras creencias y nuestra identidad. Gracias a ella
transmitimos nuestras experiencias, nuestras tradiciones
y nuestros conocimientos. La diversidad de
las lenguas refleja la riqueza irreductible de nuestra imaginación y nuestras formas de vida».
Y, de hecho, una lengua es mucho más que un medio
de comunicación, porque es transversal a todos los
ámbitos de la actividad humana.
En 2021, la Unesco propone como lema para este
día Fomentar el multilingüismo para la inclusión en
la educación y la sociedad. [...] Si los niños utilizan su
lengua materna en el hogar o en la educación preescolar
tienen más probabilidades de ser alfabetizados en
su lengua materna y de aprender también una segunda
lengua (por ejemplo, la lengua nacional) e incluso una
tercera lengua con mayor facilidad.
El reconocimiento de la creciente importancia de
las lenguas maternas en los resultados del aprendizaje
ha llevado al desarrollo de proyectos centrados en las
lenguas nativas.